Solidaridad es una palabra que pronunciamos muchas veces, aunque en la mayoría de ellas, no nos demos cuenta de que lleva música.
Porque ayudar a los que lo necesitan, constituye la más bella de las sinfonías.
Y da lo mismo a quién o en dónde. Ni siquiera reflexionar sobre el destino de nuestra ayuda. Siempre existen seres humanos que nos necesitan, y en muchas ocasiones somos su única oportunidad.
Estoy completamente segura: no existe mayor felicidad ni en cantidad ni en calidad, que la de querer a nuestros semejantes.